La aventura comienza cuando los participantes, un grupo de voluntarios del Cuerpo de Paz, son dejados en un lugar remoto
con la misión de construir un puente. Trabajando en dos equipos, deben usar una buena comunicación entre ellos y sus equipos
asociados para completar la construcción. Pero poco saben que sus equipos están formados por estilos de personalidad opuestos,
y ahí es cuando comienza el verdadero desafío.
Después de su primer intento de construir el puente, los equipos responden, reconociendo que ciertos comportamientos hacen que
la tarea sea difícil de completar. Antes de que se les pida que hagan un segundo intento de construir el puente, se les presenta
sus cuatro estilos de personalidad: directo, enérgico, considerado y sistemático. Los participantes aprenden sobre las fortalezas
y los puntos problemáticos asociados con cada estilo, y descubren cómo pueden “flexibilizar” su comportamiento para mejorar las
interacciones. Ahora, con nuevas habilidades en sus bolsillos, intentan el ejercicio una vez más, esta vez con mucho mayor potencial
de éxito. Te sorprenderá la marcada diferencia en la comunicación entre las partes uno y dos del juego.
Al final los participantes podrán: